Hoy les comentaré sobre el segundo título de la serie B.A.D., de Sherrilyn Kenyon y Dianna Love. Se trata de Phantom in the night (llamado "El fantasma de la noche" en español).

En esta entrega nos trasladamos a la ciudad de Nueva Orleans, donde la agente Terri Mitchell se concentra en la misión de su vida. Esta antigua oficial de la DEA es reclutada por la B.A.D. y colocada en el departamento de policía local para seguir el rastro a una banda dedicada al crimen organizado. Sin embargo Terri tiene su propia agenda.

Mientras sirvió para la DEA, Terri fue emboscada junto a su compañero mientras investigaban a un poderoso señor de la droga. Su caso actual está relacionado con su nombre, y pese a correr el riesgo de ser relevada del caso, ella se empleará a fondo para detener al bastado (perdonen el francés) y hacer justicia por la muerte de su compañero.

Durante su investigación ella debe procesar el cadáver de Nathan Drake, pero el cuerpo desaparece misteriosamente de la morgue. Luego un personaje misterioso entra en su vida con el sigilo de un fantasma, y él está decidido a alejarla del caso. Con lo que este fantasma no cuenta es con que ella no se rendirá tan fácil.

Persecuciones, tiroteos, agentes dobles y mucha adrenalina son las señas de identidad de esta novela; pero no olvidemos que aparte de la búsqueda de la justicia, esta también es una historia de amor... y una muy apasionada, por cierto.

Una organización terrorista, los Fratelli, empieza a asomar su cara en este libro, amenazando no solo a los Estados Unidos y su seguridad con un ataque vírico a gran escala. Sin embargo los agentes del B.A.D. harán su mejor esfuerzo por contenerlos y evitar que cumplan sus objetivos.

Este libro me gustó particularmente, porque es una de esas historias donde nada es lo que parece. Me gusta ser sorprendida por una novela, y pese a no ser el estilo habitual de Kenyon (o por lo menos no de lo que yo leo de ella) es una historia genial. La anterior entrega fue muy buena, a mi criterio, y empecé este libro sin mayores expectativas. Yo salí de mi zona de confort con los B.A.D, y hasta la fecha no estoy arrepentida.